domingo, 6 de noviembre de 2011

Romance

Señorito estrafalario,
vestido de traje nuevo,
que ya la luna ha salido
¿dónde vais sin el sombrero?
Bajo la luz del martirio
caen llantos y requiebros
y vuestro amable lacayo
os llena el vaso de cieno.
Que la noche ya está blanca
y tienen los búhos sueño,
y tras el castillo negro
sale un pegaso de fuego,
engalanado de seda
de su ardiente sonajero.
"Mirad si viene enemigo
a lo largo del sendero,
que no descubra por Dios
este milagro tan cierto".
Un mensajero se marcha
veloz por camino ciego
pero detiene su paso
una escalinata al cielo.
"Hipérbole, construcción,
déjame que prisa llevo!"
Y al otro lado del muro
está inquieto el caballero.
Mientras el caballo alado
mira compasivo el suelo
y escribe con las pezuñas
un romance prisionero.
"¿Qué quieres, ser tenebroso?
Ya no me quedan más ruegos,
he llorado tinta y sangre
para volverte tu anhelo".
Encabritóse el animal,
tornándose en león fiero,
habla con áspera voz:
"tú no tienes lo que quiero".
Desesperado el galán,
se ata una soga al cuello...
despierta en la húmeda cama
sin saber si fue un sueño.











Imagen: El caballero, la muerte y el diablo, por Alberto Durero.

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