sábado, 29 de noviembre de 2014

Gané el NaNoWriMo 2014

Un día antes de la fecha límite y he podido completar el reto de escribir una novela de 50.000 palabras en 30 días (29 en mi caso). Jamás pensé que fuese capaz de hacerlo, pero lo he logrado. Y como premio, además de este diploma tan gracioso, me llevo el mejor premio posible: la satisfacción personal de haberlo logrado.
Ahora mismo estoy totalmente eufórica.


Y me preguntaréis, ¿qué va a pasar ahora con esta novela? Bueno, tengo que deciros que tengo intención de corregirla como es debido (tal y como está ahora está muy verde) y autopublicarla para el disfrute de los que deseen leerla. Cualquier noticia relacionada con el estado de la novela la publicaré en este blog.

¡Y tengo muy claro que el año próximo repetiré en el NaNo!

domingo, 23 de noviembre de 2014

Queda una semana de NaNoWrimo

Y comienza la cuenta atrás. Falta una semana para que termine noviembre y, con él, el National Novel Writing Month. Un mes, 30 días y una novela de 50.000 palabras.

Aunque todavía me faltan más de 10.000 palabras, quiero creer que conseguiré acabarla a tiempo si me esfuerzo lo suficiente.

En general, puedo decir que ha sido una experiencia bastante positiva para mí porque me ha obligado a escribir casi todos los días, cosa que nunca hago porque soy bastante inconstante para escribir, entre otras cosas porque me gusta ir corrigiendo lo que escribo conforme lo escribo, pero en esta ocasión me tocará esperar a terminar para empezar la dura tarea de la corrección, más difícil y menos gratificante que la de la escritura.

Queda una semana y creo que puedo conseguirlo, pero no me gusta adelantar acontecimientos.
En cualquier caso, volveré a escribir una entrada cuando haya llegado a las 50.000 palabras.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Hoy (título provisional)

Me he dado cuenta de que últimamente paso por una fase bastante negativa como poeta. No negativa en el sentido de no poder escribir (eso raras veces pasa) o de hacerlo como no me gusta, sino negativa en cuanto a emociones.
Siempre he sido muy pesimista. Hacer que yo vea la luz al final del túnel es casi más difícil que que te toque la lotería.
Y entre tanta ira, odio, tristeza y negatividad, me he dado cuenta también de que siempre hay una luz que brilla como una estrella diminuta. Esa luz está en uno mismo, no en las cosas que se viven. Y hay que descubrirla. Y entonces me percaté de que quizás yo no sea tan pesimista como siempre he pensado.
Así nace uno de los pocos poemas optimistas y esperanzadores que he escrito.


Hoy quiero quitarme la carcasa nihilista.
Hoy, por primera vez, quiero ver la luz.
Y quiero ser esperanza.
Y ya que el espacio no nos da tregua,
tendremos que implorar al tiempo que lo arregle,
que nos dé nuestras cosas,
que nos deje vivir
y soñar en las acacias.
Hoy no soy feliz pero lo intento.
E intentarlo es ya suficiente.
Porque las cosas en las que creo
nunca bastan por sí solas.
Hoy quiero gritarle al mundo
que estoy dispuesto a cambiar.
Que puedo seguir creyendo en mí
y en nadie más.
Y creo que hoy espacio y tiempo se confabulan
y me dan mi ensoñación.
Y hoy soy hipérbole de mí mismo.
Exagerado, flamígero y absurdo.
Hoy quiero volar y vuelo
más allá del universo infinito.
Porque hoy, por fin, soy esperanza,
soy optimismo, soy luz,
soy yo.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Tuiteos

Qué mala leche, el gas
qué mal gas
qué mal gas, la leche.
Qué leche, el mal gas.
Qué leche mal, el gas.
Mal gas, el que leche.
Puedo escribir un poema vanguardista con esto.
Y no es broma.
Do
It.


Mil gracias a @sayorunchan y @DonTuerto en Twitter, sin los cuales este "poema" no habría sido posible. 

sábado, 1 de noviembre de 2014

Mis "obsesiones" como escritora

Últimamente quiero publicar aquí algunos aspectos un poco más personales de mi yo escritora. Hoy me gustaría empezar con algo que creo que es común en todos los que escribimos o, mejor dicho, en todos los que creamos: se trata de mis obsesiones como autora, de esos temas recurrentes a los que siempre vuelvo pase lo que pase, sobre los que reflexiono y escribo.

Yo diría que mis obsesiones literarias y temáticas están bastante claras y son tres:

-El tiempo: el tiempo es un tema recurrente a lo largo de toda la historia de la literatura y ha sido tratado de cientos de formas diferentes; fugacidad del mismo, importancia del pasado o el futuro, viajes temporales... En mi literatura, el tiempo suele estar presente aunque no sea como centro temático de la obra. Suelo incluir un reloj o algún indicador del tiempo y, en el caso de mis poemas, aparece el tiempo en sí mismo.

-Los sueños: aunque los sueños en sí pocas veces han sido tema central de mi literatura, sí que he basado algunos relatos en sueños o pesadillas sufridos por mí o que alguien me ha contado. Además, el tema del sueño en la literatura me interesa tanto que mi trabajo de fin de carrera fue precisamente un estudio de literatura comparada sobre el tema del sueño en un par de relatos de Borges y Cortázar.

-El escritor como un dios malvado: he pensado muchísimas veces en este tema  e incluso he llegado a crear mi propio tópico literario basado en él: vita fictio, o la vida es una ficción, en el que el escritor aparece en su propia obra como un dios poco clemente y malvado con sus personajes, haciéndolos sufrir. Este tópico lo suelo encarnar a través de la metáfora del ajedrez, que es una batalla silenciosa en la que los soldados no luchan por sí mismos, sino que son controlados por los jugadores. Ejemplos de esto son el poema The Bishop o el relato El ajedrecista, que todavía estoy escribiendo.