domingo, 6 de noviembre de 2011

Memoria

Todos los abriles me acuerdo de algún muerto
y por alguna razón que desconozco, se me cae el alma.
¡Pero qué sería sin ellos de mis tristes eternas lluvias!
Se empañarían los cristales con el vapor de la memoria.
Ya no sé qué es esta melancolía de tumba que flota en las nubes;
podría apaciguarla con unos versos negros
o dejarla crecer y trenzar sus cabellos rotos.
Es que mis pensamientos están cavando otra vez zanjas profundas.
¡Qué aburrido y qué tímido es el mundo!
¡Y cómo perduran en él los cadáveres de antaño!
Cuánto nos cuesta olvidarnos de las entrañas podridas,
de los deseos amargos y el sol de la primavera.
Por eso, yo recuerdo a los retoños de la tierra,
a sus hijos pródigos de voz de hierro.
¿Quién si no iba a acordarse de los muertos?















(Fotografía de Man Ray)

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