domingo, 6 de noviembre de 2011

Intensidad y altura, por César Vallejo

Me veo casi obligada a dejar hoy aquí este poema del gran Vallejo porque fue éste y no otro el que tuve que comentar ayer en el examen. En él, el poeta peruano nos habla de la imposibilidad de la comunicación a través de la poesía, de la frustración y la impotencia que eso conlleva. Al final, no le queda más remedio que resignarse, pues no puede conseguir la intensidad y la altura que desea.


Quiero escribir, pero me sale espuma,
quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita, sin cogollo.
Quiero escribir, pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay toz hablada, que no llegue a bruma,
no hay dios ni hijo de dios, sin desarrollo.
Vámonos, pues, por eso, a comer yerba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.
Vámonos! Vámonos! Estoy herido;
vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva. 

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