jueves, 26 de enero de 2012

Exégesis de mi poema "The Bishop"

Publico un pequeño comentario sobre el contenido y temática de mi poema en inglés "The Bishop". Espero que os guste.


En principio,  The Bishop (El alfil) es un poema  de inspiración gótica y tolkiana con el juego del ajedrez como base. Al ser este un juego fundamentalmente bélico, existen muchas referencias en el poema relacionadas con este campo semántico de lucha (cascos, espadas, guerra…), así como relativas a las propias piezas del ajedrez (caballo, Rey, o el mismo alfil). Así pues, la composición desarrollaría una batalla silenciosa- porque no puede ser de otra manera- entre los dos bandos que componen el juego, expresados desde el principio por el binomio Black and White, con un trasfondo místico que nos remite a la fantasía épica; es como si de alguna forma, pudiéramos percibir perfectamente los movimientos de las piezas sobre el tablero.
Sin embargo, este tema trivial no deja de ser una alegoría del verdadero tema que se oculta en el fondo del poema. Se trata de una manifestación del tópico vita fictio est (la vida es ficción), en la que el ser humano se ve arrastrado por la angustia vital que conlleva el descubrir que su existencia está regida por un dios malvado y que no es más que una ficción (algo así como si toda nuestra vida fuese una novela y el “dios” fuese el autor de esa novela). Esta angustia existencial lleva a dos actitudes finales: al suicidio, que en el fondo supone un triunfo del dios regidor de la vida, o a la resignación y aceptación de la situación. En el caso de este poema, observamos claramente que la actitud tomada por el personaje es la de resignación. Pero pasamos a explicar detenidamente el contenido metafórico del poema:
El Alfil, personaje protagonista del poema, representa al ser humano, y lleva a cabo una lucha (simbolizada por el ajedrez) contra ese dios absoluto que es el creador de toda su aventura. El dios, representado por el Caballero y el Rey, está “en cada esquina” controlando y observando el juego- en este caso representa a la batalla contra ese dios, pero es también la vida en general- de manera omnisciente (tal y como lo hacen muchos narradores de novela; no podemos olvidar que nuestro dios es un escritor-creador) y, por lo tanto, no es posible huir de su mirada atenta. Y nuestro último personaje son los dos bandos- el blanco y el negro- que participan en la batalla. Estos bandos no son otra cosa que las dudas existenciales del hombre y la dualidad de su conciencia que se escinde en dos personalidades opuestas de una forma un poco esquizofrénica. Gane la personalidad dominante o gane el enemigo, no importa, pues al final la batalla se decidirá cuando entre en escena el Rey y dé jaque mate al juego. Esta guerra absurda sólo ha servido para que el hombre se hiera a sí mismo, y esto podemos relacionarlo con la otra salida posible en el vita fictio est: el suicidio.
El resultado final es el fracaso de la rebelión, pues al fin y al cabo ese dios es omnipotente.

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