martes, 27 de marzo de 2012

Verbal

El aullido brutal de la sinécdoque es el que me ha obligado a abandonar este río turbio.
Me calzo una metáfora un día y al día siguiente se ha desposado con su sonido.
Verso que se personifica, verbo.
Brújula de ambigüedad y sueño.
Y así el endecasílabo se suicida de madrugada
aprovechando que la noche está romántica y negra.
Amanece vanguardista y se acuesta innovando,
mirando horizontes de aliteración laína.
Un poema no puede ser más que una alegoría
pero la alegoría no existe en sí sino en otro.
Asustable tiniebla de lánguida lobreguez.
Que fluye y se retuerce con un pincel de agua.
Hombre de fe y de luna, el poeta.
Verbo caleidoscópico, el poema.

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