Así te sonríes,
con el viento homicida de la madrugada por bandera.
Si llorar
palabras fuera tan inmensamente fácil como caminar o morirse en el día a día,
Toda una hazaña
supondría el ser resucitado del veneno nocturno.
El fémur
cristalizado nieva entre las piedras marchitas
Y Apolo rey Sol
lamenta una elegía a la tierra de luto.
Así te calcinas
sin llamas en la prisión de tu alma.
Asesino impotente,
vasallo de tu cicatriz.
Viste el beso de
Judas rodando por tus labios
En el día que el
cuervo anunció su funesto presagio.
El pueblo te
escupe como la hiel del calvario.
Así te retiras,
vencido y sombrío.
Héroe de nadie y
suicida de sus huesos.
Feliz sepelio.
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